5 de marzo de 2012


 ¿QUÉ  ES  EL  DESAPEGO?   

Generalmente, se cree que para poder desapegarse hay que renunciar a todo. Pero eso está lejos de la realidad. Desapego no significa renunciación, y es posible obtener un estado de la mente desapegado mientras se poseen y disfrutan todos los lujos del mundo. El desapego es un estado de la mente que se encuentra mucho más allá de la simple renunciación o negación de la vida. En realidad, no hay garantías de que una vez que se ha renunciado al mundo, se esté verdaderamente desapegado de él. Puede ser que estén llevando consigo los apegos en la mente subconsciente.
Desapego no significa indiferencia ni tampoco aversión. A menudo imaginamos que una persona desapegada es indiferente a aquellos que están a su alrededor y que tiene aversión a todo aquello a lo que ha renunciado. Pero éste no es el caso. El desapego sólo es posible para quienes no han sido afectados por cada situación en la vida o permanecen imperturbables. Sólo está verdaderamente desapegado el hombre que es equilibrado en el éxito y en el fracaso, en el amor, en el dolor y en el placer.
El apego es lo que te conduce a las experiencias de felicidad e infelicidad. Con el apego, aparecen la dependencia hacia el objeto de tu apego y con ella viene la esclavitud y entonces eres controlado por tus apegos. Si el objeto de tu apego está fuera de tu alcance, te vuelves amargado y sientes ansias de él. Y si puedes conseguirlo, de nuevo, sientes un constante miedo de perderlo.   Entonces, tu libertad de expresión, patrones de conducta y actitud en la vida se limitan y contaminan.
Con el apego aparece la idea de posesión, de sentido de propiedad: mi casa, mi coche, mi familia, mi riqueza. Este sentido de la propiedad es el resultado del ego inferior. Con cada nueva posesión, tu ego se refuerza, hasta que, finalmente, tus posesiones comienzan a dominar y controlar tu vida. Tus acciones, pensamientos, gustos y aversiones, emociones y deseos, son todos guiados por la influencia del ego. Y si por el cruel destino tus posesiones o apegos peligran, pierdes el control, te vuelves loco. En lugar de ser el dueño de tus posesiones, te conviertes en un esclavo, debido a la fuerza de tu apego.
Si piensas en la imagen de un hombre enorme encadenado al suelo de tal manera que no tiene ninguna posibilidad de escapar (quizá, Gulliver atado al suelo sería un ejemplo perfecto), te dará una idea de cómo está atado y limitado el hombre por las cadenas del apego. Simplemente, no puede escapar del tormento de la victoria y del fracaso. Es una víctima de cada circunstancia y de cada acontecimiento. Igual que un péndulo, oscila desde la euforia hasta la tristeza, pero no tiene fuerza o habilidad para controlar las repercusiones de estos influjos en su personalidad. Y con el tiempo, se siente destrozado y destruido.
Por lo tanto, el desapego desarrolla la libertad de pensamiento, palabra y acción. Te libera de las cadenas que te atan al plano burdo de la consciencia. Un hombre desapegado puede disfrutar de cada placer de la vida, ganar riqueza y posesión, formar una familia a la que ama, controlar un gran negocio, incluso un imperio. Sin embargo, debido a su desapego, nunca depende de ellos. Disfruta de todo, pero como el amo y no como el esclavo. Gracias a su desapego, desarrolla una libertad o independencia interior y no existe nada que pueda conquistarla. Ninguna adversidad puede destrozarlo, porque permanece inafectado y no hay éxito que le afecte, porque está establecido en la ecuanimidad. Como resultado, se convierte en el dueño de sí mismo en cada situación.
Por lo tanto, el desapego debe ser entendido como la habilidad de permanecer inafectado ante las pruebas y tribulaciones de la vida. Con el desapego viene un mayor sentimiento de amor y de unidad con todos los que lo rodean a uno. Anteriormente uno sólo amaba porque estaba atado o dependía de los objetos de su amor para su felicidad. Así que, realmente ha dejado de amar. Por supuesto que en la superficie parecía que amaba, pero en realidad sólo amaba para su propio beneficio. Eran su necesidad, su dependencia, su apego, su antojo, los que producían el amor.
Sin embargo, con el desapego se experimenta un amor que no está atado o restringido por los gustos personales y por aversiones, avaricia o ambición. El amor carece de motivos personales, ya que no se depende del objeto del amor. Simplemente se ama, debido a la unidad que se siente por los que están alrededor de uno. Únicamente por medio del desarrollo del desapego se podrá manifestar la universalidad de la personalidad y expresar las altas cualidades inherentes en cada uno. Mientras se está apegado, permanece restringido al terreno de las emociones básicas.
Por esto precisamente, es por lo que el gurú es una expresión del espíritu universal del ser humano. A pesar de que nos ame a todos y a cada uno por igual, está verdaderamente desapegado o independiente de los factores internos o externos que dominan al hombre. Para él, el santo o el pecador, el rico o el pobre, el listo o el tonto, el guapo o el feo son todos iguales.
A pesar de que este estado de desapego no signifique un logro, no debe disuadirnos de intentar cultivarlo en la vida diaria. Un karma sannyasin tiene que descubrir la influencias negativas generadas por los apegos personales que afectan negativamente sus emociones y su personalidad. Y, gradualmente, debe desarrollar un desapego interior para permitir que aparezca la experiencia de felicidad, amor, y satisfacción verdaderos.
A pesar de que el desapego es un desarrollo interno espontáneo, un karma sannyasin puede ponerlo en práctica en su vida desarrollando primero el apego, no sólo hacia sus propias posesiones, sino hacia cada acontecimiento u objeto de la vida. Si ama a su propio hijo, también tiene que aprender a amar al hijo que no le pertenece. Si es cuidadoso con sus posesiones personales, también tiene que prestar a las posesiones de los otros. Sólo después de que haya desarrollado un desapego universal hacia cualquier cosa a su alrededor, podrá empezar a experimentar el desapego interior.
Cuando alguien visita el ashram, durante los pocos días que pasa ahí, lo considera como su casa. Un ashram pertenece a todos y a nadie. Un ashram es el resultado del trabajo y la contribución de muchos habitantes y visitantes. Cada persona se ocupa del ashram sin ningún sentido de propiedad. De la misma manera, se debe aprender a cuidar, aunque no sea tuyo, el objeto del amor. Con el tiempo, esta actitud conduce a la persona a una mayor comprensión y a una experiencia interior de desapego.
                                                                                                                   Swami  Satyasangananda  Saraswati


 

                                                       
 ¿POR QUÉ KARMA SANNYASA?                                       
 Con el nacimiento, el cuerpo físico del ser humano completa su evolución. Desde luego, en los humanos el factor predominante no es el desarrollo del cuerpo físico, sino el de la mente y la consciencia. La evolución de la mente es un proceso sutil que se verifica, únicamente, por la manifestación de las facultades superiores inherentes al hombre. Cuanto más se desarrollen y expresen estas facultades, más espiritual se vuelve la persona.
La espiritualidad no es un factor externo que se le impone al hombre, sino una consecuencia directa de la evolución de su mente y de su consciencia. La mente y la consciencia están evolucionando en todo momento de la vida. Esto produce una consciencia más elevada en nosotros, y empezamos a buscar un propósito de existencia más profundo y con más significado. Esta consciencia elevada está relacionada con el crecimiento espiritual y con la expresión del atman, espíritu o alma.
Como seres humanos, además de instinto de conservación, existe otra dimensión de nuestra personalidad que nos aparta de otros seres vivos: la mente, la consciencia, buddhi y atman. Desde esta dimensión, somos empujados hacia el supremo objetivo de la autorrealización.
Cada ser humano posee las emociones básicas, como el deseo, la ambición, el odio, la ira, el miedo, los celos, la envidia, etc. También tenemos cualidades elevadas  que todos poseemos en consonancia con nuestro nivel de evolución. Están relacionadas con las cualidades superiores en el hombre, que se manifiestan en forma de discernimiento, ecuanimidad, trabajo desinteresado, concentración e intuición. Mientras crece nuestra consciencia, estas cualidades se vuelven más y más predominantes en nosotros. Y hay que decir que cuánto más evoluciona la mente en esta dirección, más espiritual se vuelve.
La espiritualidad comienza cuando se han trascendido las emociones básicas hasta un nivel importante y se han desarrollado las facultades superiores. Estas existen en cada persona desde el nacimiento pero, en la mayoría de nosotros, permanecen dormidas o desaprovechadas, debido a la ignorancia. Mientras estas facultades no se conviertan en parte integral de nuestra vida, no podemos considerarnos mejor que los animales. Únicamente con la manifestación de esta consciencia suprema es cuando podemos decir que nuestra evolución humana realmente ha comenzado.
Existe otro aspecto que también debe considerarse porque va paralelo a la expresión de sus cualidades más elevadas: la expresión de su karma, deseos, ambiciones, pasiones y necesidades instintivas. Son una parte tan vital de su personalidad como sus necesidades espirituales. Mientras sean fuertes, tienen que satisfacerlas.
Por lo tanto, tiene que permitir el crecimiento armonioso de ambas, de sus personalidades externa e interna. Debe haber una integración, una armonía entre ambos aspectos, y no el crecimiento y la expresión de uno a expensas del otro.

La bondad y la compasión deben emerger como una manifestación espontánea de  su personalidad y no como una represión de toda la negatividad, debido al reforzamiento de ciertas reglas y restricciones. Deben ser buenos de acuerdo con su comprensión y juicio correcto, y no porque tengan miedo de ser castigados o encarcelados.
Deben rezar porque es una expresión de su personalidad más elevada. Deben meditar como una expresión del supremo amor y la unidad que sienten hacia ustedes y hacia toda la creación. Sólo entonces encontrarán la satisfacción en la oración y en la meditación, y no de otra manera. Pero lo que ocurre es que compartimentan su vida. Crean barreras, en lugar de permitir que la vida fluya libremente. Separan la religión y la espiritualidad de la vida, cuando debería florecer como una consecuencia natural de la vida que estan viviendo. La espiritualidad debe ser rendida y expresada primero, en (y a través de) la vida, y no fuera de ella. Sólo entonces la vida les revelará sus secretos y misterios más profundos, aquellos que, simplemente, los dejan sin respiración.

En el Bhagavad Gita, que es un diálogo entre dos grandes guerreros, Krishna y Arjuna; Krishna instruye a su discípulo Arjuna  en el camino de la consciencia suprema. La escena tiene lugar en el campo de batalla de Kurukshetra. Cientos de misiles vuelan sobre el lugar, e incluso, en medio de la destrucción de la guerra, Krishna señala a Arjuna que siempre se debe actuar a partir de la consciencia suprema, sin importar qué tipo de acciones se estén realizando. El campo de batalla es tan sagrado como un templo o una iglesia. Reprende a Arjuna y le dice que sólo cuando se ha aprendido a actuar con ecuanimidad, discernimiento y juicio correcto mientras se hace frente a las grandes turbulencias de la vida, se puede hablar de espiritualidad.
Por el momento, no piensen que negando la vida se pueden volver espirituales. No, la vida es el campo de batalla, el Kurukshetra de cada uno de nosotros, y son ustedes quienes deciden qué dirección de la vida tomar.
                                                                     KARMA  SANNYASA”     Swami  Satyasangananda  Saraswati
 

LOS  KLESHAS
El objetivo del yoga también es aliviar el sufrimiento del hombre, de manera que sus aspectos espirituales puedan revelarse espontáneamente. El yoga especifica que existen causas definitivas del sufrimiento y del dolor humano. Estas se pueden clasificar en cinco grupos y son conocidas en sánscrito como kleshas. Estos cinco kleshas fueron postulados por sabios que los experimentaron personalmente y los trascendieron, por lo que pudieron hacerse un cuadro completo de la situación y no solo de un fragmento.
El sufrimiento humano es causado por:
1-      La ignorancia o inconsciencia de la realidad.
2-      El ego.
3-      Los gustos o las atracciones hacia los objetos
4-      Las aversiones o las repulsiones hacia los objetos
5-      La fuerte aversión o temor a la muerte
En realidad estos kleshas no están separados; uno lleva al otro.
La ignorancia de la verdadera realidad es la causa primaria. Debido a esto, cada individuo piensa sólo en sí mismo. Se hace consciente de su identidad, de su ego, y automáticamente se siente diferente de las otras personas y objetos a su alrededor. Se convierte en el ego que se mueve entre otras cosas. Por medios burdos o sutiles, todo lo que está fuera de sí mismo debe ser subordinado y utilizado para su felicidad, comodidad, etc. En esta forma surgen los gustos y las antipatías. Las cosas o las personas que lo hacen sentir bien, y que inflan su ego, lo atraen. Las cosas que tienden a hacerlo sentir desgraciado, incómodo, etc, se convierten en algo repulsivo o antipático. De nuestro apego a los objetos y a las personas, y de nuestro sentimiento egoísta, se produce el profundo apego a la vida y la aversión a la muerte.
Los kleshas causan sufrimiento al llevar al individuo a identificarse con los objetos que son transitorios. El individuo se identifica con su cuerpo, su mente, y su ego, y como tal, está siempre consciente o inconscientemente infeliz, porque sabe que estas cosas, finalmente desaparecerán a la hora de la muerte. No se identifica con el ser eterno. Lo mismo ocurre con los objetos que provocan agrado, no son permanentes y con el tiempo desaparecerán y dejarán de dar satisfacción. ¿Y qué pasa con las aversiones? Por supuesto que producen infelicidad superficialmente, al no alimentar el ego en la forma que da placer al hombre. Pero, en realidad, las aversiones tienen poca diferencia con los agrados, son meramente los lados opuestos de la misma moneda. Estamos ligados por igual a los gustos y a las aversiones. Los kleshas continuamente producen infelicidad, porque tratamos de proteger su condición presente. Estamos muy apegados a un auto nuevo; alguien se lo roba y nos sentimos desgraciados y deprimidos. Y así con todas las cosas en la vida.
La palabra vasana se puede traducir aproximadamente como “deseo”. Los vasanas o deseos nos atraen continuamente hacia los lugares donde se pueden satisfacer. Estos deseos son la fuerza impulsora detrás de cada pensamiento y acción en la vida, por eso nuestra mente y nuestro cuerpo se encaminan sólo en la dirección en que los deseos inherentes al individuo se pueden satisfacer.
¿Cuáles son las causas de estos deseos? Las causas son los kleshas, sobre los cuales hablamos anteriormente. Si no existieran los kleshas, no habría deseos. Son la atracción y la repulsión hacia los objetos, el sentimiento ególatra, el apego a la vida y la ignorancia de la realidad los que constituyen la causa de nuestros deseos. ¿En qué forma estos deseos influyen adversamente en nuestras prácticas meditativas? Continuamente distraen la mente del objeto de la meditación; tienden a hacerla vagar de aquí para allá y a pensar en cosas externas que necesitan satisfacción. Una mente que vaga es totalmente incapaz de concentrarse y, por lo tanto, no puede meditar. Si uno no ha obtenido la realización del ser es imposible eliminar los kleshas completamente. Lo máximo que uno puede hacer es reducirlos lenta y sistemáticamente. A medida que uno avanza en el camino espiritual, los kleshas perderán automáticamente su influencia. Esta forma de vida, tal como la conocemos en el presente, es la vida en su manifestación más burda. A medida que uno progresa y evoluciona en el camino espiritual se da cuenta de esta verdad y comprende que la idea que tenemos de la vida, en nuestro estado de consciencia actual, es nada, comparada con la más sutil esencia que lentamente se revela. Encontraremos que nuestro apego a la vida, en su forma presente, es apego a algo que no vale la pena. En esta forma, automáticamente, comenzaremos a reducir también la influencia de los kleshas.
                                MEDITACIONES  DE  LOS  TANTRAS”   Swami  Satyananda  Saraswati








EL  ANAM  CARA              
La tradición celta posee una hermosa concepción del amor y la amistad. Una de sus ideas fascinantes es la del amor del alma, que en gaélico antiguo es anam cara. “Anam” significa alma en  gaélico, y “cara” es amistad. De manera que “Anam cara” en el mundo celta es el “amigo espiritual”. En la iglesia celta primitiva se llama Anam cara a un maestro, compañero o guía espiritual. Al principio era un confesor a quien una revelaba lo más íntimo y oculto de su vida. Al Anam cara se le podía revelar el yo interior, la mente y el corazón. Esta amistad era un acto de reconocimiento y arraigo. Cuando uno tenía un Anam cara, esa amistad trascendía las convenciones, la moral y las categorías. Uno estaba unido de manera antigua y eterna con el amigo espiritual. Esta concepción celta no imponía al alma limitaciones de espacio ni tiempo. El alma no conoce jaulas. Es una luz divina que penetra en ti y en tu otro. Este nexo despertaba y fomentaba una camaradería profunda y especial.
En la vida todos tienen necesidad de un Anam cara, un “amigo espiritual”. En este amor eres comprendido tal como eres, sin máscaras ni pretensiones. El amor permite que nazca la comprensión, y ésta es un tesoro invalorable. Allí donde te comprenden está tu casa. La comprensión nutre la pertenencia y el arraigo. Sentirte comprendido es sentirte libre para proyectar tu yo sobre la confianza y protección del alma del otro. Pablo Neruda describe este reconocimiento en un bello verso “Eres como nadie por eso te amo”. Este arte del amor revela la identidad especial y sagrada de la otra persona. El amor es la única luz que puede leer realmente la firma secreta de la individualidad y el alma del otro. En el mundo origina, sólo el amor es sabio, sólo él puede descifrar la identidad y el destino.
El Anam cara es un don de Dios. La amistad es la naturaleza de Dios. La idea cristiana de Dios como Trinidad es la más sublime expresión de la alteridad y la intimidad, un intercambio eterno de amistad. Esta perspectiva pone al descubierto el bello cumplimiento del anhelo de inmortalidad que palpitaba en las palabras de Jesús “Os llamo amigos”. Jesús, como hijo de Dios, es el primer Otro del universo; es el prisma de toda diferencia. Es el Anam cara secreto de todos los individuos. Con su amistad penetramos en la tierna belleza y en los afectos de la Trinidad. Al abrazar esta amistad eterna nos atrevemos a ser libres. En toda la espiritualidad celta hay un hermoso motivo trinario. Esta breve invocación lo refleja:
Los tres sacrosantos
mi fortaleza son,
que vengan y rodeen
mi casa y mi fogón.

Por consiguiente, el amor no es sentimental. Por el contrario, es la forma más real y creativa de la presencia humana. El amor es el umbral donde lo divino y la presencia humana fluyen y refluyen hacia el otro.
                                                                                      ANAM CARA . EL LIBRO DE LA SABIDURÍA CELTA
                                                                                                                                                                    JOHN O’DONOHUE